A ver, se viene mucho texto con las ideas un poco desorganizadas y probablemente mil erratas porque la estoy escribiendo desde el móvil:
Consigue una cosa complicadísima y es que está dirigida con tal fuerza y tal convicción, con Luhrmann desatadísimo, elevando su estilo (Que entiendo a quién en según qué películas pueda no entrar) con tan pocos complejos (Ninguno), que lo único que puedo hacer es admirarla.
La peli tiene mil flecos (Como los trajes de Elvis, eh, ¿lo pilláis?) que analizar, pero de verdad que la dirección de Luhrmann aquí es obra de un completo demente. En el mejor de los sentidos lo digo. Hay una cantidad de recursos y de ideas puestas en escena en cada segundo que es como meter la cabeza en una lavadora, también es un halago. La película es un pepino, no para, va a 200 por hora desde que empieza hasta que acaba, non-stop. Y aunque el guión (Más normalito y elevadísimo por lo desatado que está Luhrmann) pasa punto por punto por todas las escenas de Biopic Musical ™, hasta el punto de que el libreto serviría como remake/secuela de la peli de Dewey Cox, la dirección se centra en convertir la película en lo único que podría hacerle justicia a una figura como la de Elvis, larger than life: un monumento gigantesco a su figura. Su mayor acierto es que no quiere ser una entrada de WikiPedia, quiere ser una esfinge enorme e idealizada de forma plenamente consciente, que aunque retrate los puntos importantes de su biografía, se centre en capturar la mítica de una figura que, subida a un escenario, era inimitable. Quiere que sientas que estás viendo a Elvis en lugar de tenerte marcando casillas de «ey, ahora es cuando *insertar evento de su vida*» y señalando a la pantalla.
Sobre el papel de la música en la peli, igual que en «Moulin Rouge!», se podrían escribir ensayos enteros, pero sí, claro que hay canciones de Elvis versionadas por otros artistas en otros estilos e incluso canciones completamente diferentes, enlazadas con las originales interpretadas por Butler. Y es que estos anacronismos van a echar fuera a mucha gente, lo que me parece una pena porque a mi me han funcionado genial con el tono y las intenciones, en esa mezcla entre música diegética y anacrónica al mismo tiempo (La primera escena de Priscilla, por ejemplo). Es un elemento más que refuerza los temas y es que al final Elvis, como el arte en general, no solo necesita su propio contexto para entenderse, necesitas el contexto del espectador para comprender por qué puede ser relevante su figura en tiempos posteriores e incluso analizar no sólo sus influencias, si no a quién o cómo su figura ha llegado después. No sólo importa cómollegaba Elvis entonces, si no casi es más importante cómo lo hace ahora. La perspectiva es indispensable. Y esto Luhrmann lo entiende mejor que nadie, como ya hacía en «Moulin Rouge!», otra peli que da para ensayos y ensayos.
Hay un enfoque inteligentísimo a la hora de poner el POV en el Coronel Parker en lugar de tan directamente en Elvis, que ayuda a engrandecer aún más la épica y la monumentalidad de una personalidad así. Y es que está evidentemente idealizada, sí, pero es que no podría funcionar de ninguna otra forma.
A parte del derroche de estilo de Luhrmann, hay otro pilar que carga en sus espaldas el peso de la peli, y es Austin Butler qué, como se decía desde el estreno en Cannes, se come la pantalla. No sólo está increíblemente convincente como Elvis, es que es magnético en el escenario. Un trabajo increíble, tanto en lo físico (una de las actuaciones más enfocadas a los Oscars con más curro a nivel físico detrás en AÑOS), pero esque además el tío borda hasta la voz, hablada y cantada. Es una cosa increíble. A la vez que, en la película, ves nacer la figura de Elvis, casi puedes sentir como nace la versión A-Lister de Butler en Hollywood. No exageraba la gente con esto, le van a llover papeles.
Tom Hanks por otro lado, pues no sé todavía qué pienso de él aquí, pero entre las prótesis y el acento extrañísimo creo que hace un buen trabajo como el clarísimo villano de una épica superheroico-musical en la que antagoniza al mismísimo Dios (La propia película es consciente de ello).
En general, ojalá traiga de vuelta la Elvismanía, para qué mentir, me lo he pasado pipa con sus dos horazas y cuarenta minutos y, además, me parece una de las pelis más interesantes de lo que llevamos de año, y sin ningún tipo de dudas un serio contendiente a El Mejor Biopic Musical. Desde luego da para horas de conversación.
Esta ha sido mi semana de descubrir a Baz Luhrmann y creo de verdad que he encontrado a uno de mis directores favoritos.
(Extraída de mi cuenta de Letterboxd)
Muy bien dicho
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